Confesiones de la Peregrina
Dos: albergar al árbol, luego a la peregrina. La noticia de la nueva casa :)
Las cosas solo llegan a ocurrir cuando el cuerpo está listo. Todo lo que pasa afuera, incluso los lugares que nos albergan, se albergan primero en nosotras.
Parece que la palabra "albergar" proviene del latín tardío herbāricāre, que a su vez deriva de herbāricum, un término relacionado con el lugar donde se guardaban hierbas o forraje. Con el tiempo, el significado evolucionó en nuestra lengua para referirse a la acción de dar refugio o alojamiento, ya sea a personas o a ideas en sentido figurado.
¿En qué momento del peregrinaje es necesario un albergue? ¿Qué tanto espacio debemos hacer en el cuerpo para albergar una casa?
Hace unos días nos despedimos de nuestro albergue del último año y caminamos hacia la primera casa de Peregrina que mantendrá sus puertas abiertas, una casa compartida en la que podremos sembrarnos para dar lugar a otras formas del peregrinaje.




Estas fotos hermosas de nuestra reunión pre-inauguración son de Matías Espinosa y Valentina Valencia
Cuando nombré este proyecto no fui consciente del conjuro que venía con esa acción de nombrar. La palabra se me cruzó en los libros mismos (recuerdo a Yourcenar y a su Peregrina y extranjera) y resonó en un lugar de mi cuerpo que ya albergaba el movimiento. En ese entonces, mi identidad estaba mucho más vinculada con las raíces que con las alas y esa sensación también se había puesto en el nombre del proyecto que materializó mi deseo de vivir amparada por los libros como techo.
Voto
Que la cierta alegría
te llegue
delgada, delicada
como la flor —el copo de pelusa bermeja—
del carbonero.
José Manuel Arango
Así, como el árbol, se llamó la librería que preparó la tierra para Peregrina. Carbonero salió a la luz el 23 de marzo de 2018, hace siete años. Un septenio, un ciclo completo que me permite ver el giro de la espiral. La casa que ahora estamos habitando lleva siete años haciendo espacio en mi cuerpo, fue con Carbonero que reconocí este camino de los libros como una posibilidad y soñé, como ya he contado muchas veces, una casa. La casa era para mí una idea fundamental de esa identidad de raíz y fue un gesto correspondiente soñarla también para eso que había empezado a gestar.
En ese proceso de albergar la casa, hemos habitado muchos otros espacios que nos han servido de refugio en el Peregrinaje. Primero, todos esos lugares que llamé “mi casa”, desde el mezanine en el que pasé la pandemia, hasta la casa en Santa Elena en el que el abrazo se hizo más estrecho y el fuego permaneció encendido.
Entre un espacio y otro, tuvimos una cueva creativa en el hermoso apartamento de Sombra, en un piso 25 de las Torres de Bomboná; pasamos algunos meses en La Décima, en Laureles, y cohabitamos el edificio de La Pascasia. Cada lugar, intuyo, abrió un poco más de espacio en este cuerpo que debía ampliarse para habilitar este nuevo tránsito. Este cuerpo que es el mío, pero también el cuerpo de Peregrina que siempre ha sido colectivo y que ahora se junta con otro, múltiple, para habitar en comunidad una casa de librerías.









Este espacio llega justo cuando yo he decidido no tener una casa. ¿Fue la encarnación de la peregrina la que posibilitó que el cuerpo terminara de albergar esa idea que empezó a hacer espacio hace siete años? ¿Era necesario soltar esa identidad de la raíz para hacerse a raíces de verdad?
Estas son mis confesiones, así que es posible que eso que yo leo como contradicción aparente (una bastante poética) solo tenga sentido para mí, pero la comparto de todos modos esperando encontrar resonancia. Ya les contaré cómo continúa mi tránsito entre el perpetuo movimiento y el nuevo albergue que me ha recordado que Peregrina y yo ya no somos el mismo cuerpo y que, probablemente, nos hemos regalado (en crianza mutua) esas identidades que nos permiten ser nuevas.
La noticia es que a partir del 5 de abril podrán visitar una hermosa casa que esta siendo co-habitada por Peregrina Libros y Los caballitos del diablo. Dos librerías (universos) en un espacio hermoso en Laureles, Medellín. Los detalles de la inauguración oficial los compartiremos luego. Por ahora, si así lo desean, reserven esa fecha para que nos acompañen.



Fotos de Matías Espinosa y Valentina Valencia
Biendenidxs a estar, soñar, y seguir amplificando el albergue de tantos sueños gestados hace tiempo.
Haciéndole espacio al jardín colectivo 💚🍃🌳
Una casa de libros! será difícil no echar raíces en ella.